miércoles, 18 de noviembre de 2009

Amor, dolor... escape.

Mis demonios flotan como particulas invisibles alrededor de este lugubre cuarto. Tu nombre es el amoniaco que asfixia mi pensamiento erratico. Mis manos ocupadas en el telar de la vida, crean el manto que necesito en estos dias de soles helados.

Mis cuentos esparcidos en gotas de acido carcomen la conciencia de un niño asustado. Canta conmigo rugido domestico, libera tu tension logica. Camaleon agonizante ¿de que sirve tu piel transparente? Blasfemo rezo delicioso, derrama sobre mis oidos tu dulce pecado armonico.

Camada de lobos, vuelen en la soledad malsana de lo debido. Cariño demencial, la mesura de tu tortura es la belleza de tu mente. Materia fresca y amorfa a lo espacial, mi lujuria te espera bajo la sanidad.

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