jueves, 14 de enero de 2010

Sobriedad (agilizando mis dedos y...)

El cielo iluminado en una noche agonica,
estrellas de crema girando en medio del abismo,
la esquisita espiral de la inmortalidad,
luz estelar que viaja a pesar de haber muerto.

El silencio es la ranura de un mundo indesifrable,
el aroma que derrite la paciencia,
la anciedad deshinibida en el apetito voraz,
la necesidad de trascender en la materia.

Que nos mantiene lejos de lo ajeno?
el miedo es solo uno de sus nombres,
pero la dicha, oh la dicha,
siempre se va antes de haber comenzado.

Perplejo en la caminata sonambula,
imperceptible un alarido en la piel,
como hielos embueltos en papel,
el sol de cien watts apagado en la mañana.

Y que tu espalda se erize como felino,
con la tarde, con el tabaco,
con la musica y con tu imaginacion,
salta y permanece ahi todo lo que puedas.

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