sábado, 3 de octubre de 2009

Pienso pienso pienso ...

Se esfuma lento el humo de mi cigarrillo, como liquido evaporado atrapado en mis pulmones de cristal. Dulce sudor de lluvia acompañado de miedo y duda, soy un niño escondido bajo las cobijas de mi cama. Los cuentos de gigantes y lugares descomunales empiezan a tener logica cuando cuestionas tu comportamiento tan anormal, me refiero al tiempo gastado en penzar y actuar en automatico, somos androides preprogramados, marionetas de la costumbre, tanta incertidumbre encerrada en un pequeño pedazo de materia. Siento el escozor del fuego llegando a mis llemas, se acabo de nuevo el tormento acentuado de la culpa.

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